jueves, 15 de diciembre de 2016

Los tesoros se descubren despues de los 40.

-“Si este sillón hablara” – tiró como al pasar.
Yo seguía mirando el sillón. Nuevo no era, así que por ese lado no venía.
Nobleza obliga, hace tiempo que ella está impecable. Totalmente renovada, divertida, sexy.
Es una abogada cuarentona, atildada, profesora… un curriculum impecable.
En la diversidad está la diversión. No sirve quedarse presa del molde y no salirse de los límites. Aprenderlo lleva tiempo y esfuerzo, pero qué divertido es cuando la enseñanza finalmente llega.
-“Lo retapizaste?”-
-“No, no. Me está atendiendo uno de 30. Este sillón es su preferido. Es un viaje de ida, te digo. No volvés más a uno de cuarenta. No tienen ni para empezar.”- Mientras, corría unas carpetas.
Yo no sabía si saltar y sentarme en el piso o acomodarme mejor en el sillón parlante y abrir bien los oídos para escuchar la historia. Convengamos que un día de semana de una de las peores semanas de fin de año, un relato como este no se puede dejar pasar.
-“Es genial. Como yo ya estuve casada, no quiero compromiso. Como me va bien en mi profesión, no necesito que me mantenga. Como hijos ya tengo, no necesito un semental. Solo necesito un macho. Y este es macho y rústico. Es tan bueno, que un encuentro con él, me produce un relax de quince días más o menos. Mirá si será excitante, que el estaba de viaje por trabajo y me tomé un avión por un día al Sur para que me atienda y me volví.”-
Yo la conozco hace tiempo. La sabía tranquila, muy de camisón de manga larga y medias. Escuché a su  ex marido quejarse alguna vez de esto. Si supiera....
-“Es tan físico todo, tan poco comprometido emocionalmente que jamás nos hablamos entre encuentro y encuentro. Son días de silencio, hasta que a alguno le den ganas de “tener piel”. Estoy plena. Con él probé todo. Tengo una amiga a la que le avisé que si me muero, venga al archivo del Estudio y retire una caja en donde tengo determinadas cosas que no desearía que mis hijos o mi socia encontraran. Y les dije que se la quede y las disfrute. Con eso resuelto, no necesito nada más. Descubrí el mejor sexo de mi vida después de los 40. Olvidate, lo demás es cartón pintado. ”-

Nos despedimos. Ella sigue con la sonrisa estampada. 

martes, 13 de diciembre de 2016

La letra con sangre entra.




Todos tenemos un costado negro. No soy la excepción.
Cuando sos abogado, una de las cosas más divertidas que tiene la profesión, es la variedad de situaciones, historias y vidas que te topas todos los días. No importa que te especialices en una rama puntual, siempre vas a tener a alguien que en un cumpleaños te consulte sobre el divorcio del vecino.
A mí, sin saber cómo, me llegó un momento en que empecé a defender compañías de seguros en accidentes de trabajo.
Al comienzo, me inmiscuía en cada historia. Conocía qué les había pasado, cuánto habían padecido por el accidente y todas las historias personales que se te puedan ocurrir. Con el tiempo, aprendés que no todos son tan dolientes, los accidentes no son tan verdaderos y terminan pagando justos por pecadores.
Con la crueldad que trae romper algún encanto, te volvés ácida e insensible. Eso no siempre es buen consejero y terminás dándote de cabeza contra un espejo porque mediste con la misma vara a quien no debías.-
En una ocasión, una de esas veces en que no me importaba en lo más mínimo qué era lo que le había pasado al pobre tipo que se había accidentado, llegué a la audiencia y le dí la mano para saludarlo. Me quedé dura cuando advertí que cambió de mano porque con la derecha no podía saludar. Le faltaban tres dedos de su mano y no podía estrechar la mía. 
Realmente me sentí muy mal. Pedí disculpas por mi descuido, le estreché su otra mano, le pregunté cómo se sentía y me esforcé de verdad en mejorar la oferta para conciliarlo. Hice como diez llamados a mi cliente durante la audiencia hasta que conseguí una cifra decente para pagarle. Eso me valió una reunión posterior en la que casi me acusaron de hacer beneficencia con el bolsillo ajeno.
No sé si me importó tanto, lo que de verdad sentí es difícil de describir.
Pero los abogados somos de sentimientos volátiles, almas impuras y sensibilidades escasas. El tiempo todo lo borra y lo ennegrece.
A partir de ese día, escapándole a mis propias reprimendas, para evitar las "Filípicas" que se les daban antiguamente a los Reyes, nunca más le dí la mano a un contrario. No por eso soy mal educada. Sin importar si están bañados, peinados o nada, les doy un beso. 
Ayer llegué  a una audiencia y como desde aquel día, le dí un beso al trabajador contrario. Lo miré dos segundos y ví que le faltaban dos dedos de la mano izquierda. Me felicité a mí misma.-
Mi autolección fue efectiva!!!!  No más manos estrechadas.
Con una vez me bastó. Yo les dije. Todos tenemos un costado negro.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Placeres del anonimato



Amo los anteojos oscuros pero nunca soñé con tener que ponérmelos para que no me reconozcan por la calle.
Admito que en unas pocas ocasiones tengo mis raptos de vanidad pero no me asaltan muy seguido, así que puedo decir que ando tranquila por la vida, disfrutando del paisaje, con los ojos abiertos y los oídos atentos.
Cada vez que cuento una historia tengo especial cuidado en preservar los nombres o los lugares de modo que nadie pueda atar muchos cabos y llegar a los protagonistas de carne y hueso, más allá de la vida virtual.
Claro está, salvo las hermanas macana, pero eso acá no cuenta.-
Pero sí es cierto que mis historias son reales, me pasan a mí, mis clientes son de verdad y cuando las cuento, no busco que nadie en particular se reconozca. Aunque siempre tengo ese maldito escozor que me hace sentir que parte de mi alma está un poco negra por contar historias privadas.-
Tampoco es que me da mucho terror, porque de hecho es que sigo haciéndolo y mi alma no ha de estar tan teñida entonces.
Como el ser humano es muy particular, muchos clientes se saben protagonistas de mis historias y aman descubrirse en ellas, otros imagino que ignoran la existencia de este blogg y con otros tantos ni siquiera toqué alguna vez el tema. Pero, como tengo esos pequeños raptos de humanidad, en alguna conversación se cuela un poco, y doy por sentado, que conocen mi lado literario.-
La semana pasada estaba por whatssapp con SP, que alguna vez fue protagonista de una historia. Despotricando contra todo, escribí:
-"Igual, yo hago catarsis en el blogg"-
-"?"-
-"Nada, nada"-
-"blogg?"-
-"... sí. Tengo un blog, nunca lo leíste???"- casi poniéndome colorada y al mismo tiempo con la vanidad a flor de piel: como se atreve a no saber de su existencia???
-"....."-
-"Ok, yo tengo mi club de fans igual"- Porque lo tengo, de verdad.
Pensé si realmente quería que los que no saben que son protagonistas involuntarios de las historias que una abogada perdida de la Ciudad de Buenos Aires anda derramando por el mundo virtual, supieran que otros alguienes los leen y conocen algunas partecitas chiquitas de sus vidas.
Y la verdad que no. Prefiero la impunidad del anonimato!!!!

miércoles, 7 de diciembre de 2016

No tengo alma de docente



No todo en la vida necesita de una guía. A veces, se aplica el "hágalo usted mismo". El abogado no es una maestra ciruela que enseña cosas básicas o un todo servicio.
Mis clientes son muy eclécticos y creativos en sus argumentos. Tengo uno particular que me paga por abono. Eso le hace pensar que le debo pleitesía sin límite, horario ni rango familiar. Que su tía haya chocado, no significa que el reclamo se incluya en mi abono.
Sus límites son siempre difusos. Hace un tiempo, había comprado un auto. Cuando le avisan que estaba listo para retirar, el precio había cambiado, así que lo apretaron para poner unos manguitos y llevárselo sin problemas.-
Está claro que lo estaban caminando, pero cuando vos sos la hormiga y la concesionaria es el león, es difícil de pilotear.
Mi consejo fue: -"Tenés razón. No pagues. Aguantá. Le hacemos el reclamo. El auto no lo retiramos aún hasta terminar con la cuestión y estoy segura que lo sacamos a flote. Ojo, que tengo que ver que no te lo hayan previsto específicamente en las condiciones de venta, a sabiendas de que podía haber un aumento del precio, y que te lo hubieran prevenido. En eso estamos claros?"-
-cri cri cri.
Estábamos claros. Había comprado, le habían advertido que el precio no estaba cerrado y que podía modificarse entre que reservaba el auto con mil pesos y le avisaban que lo tenía.
Pasan un par de semanas y vuelve a la carga.-
-"Me preparás una carta documento para lo del temita del auto?"-
-"Ok. Traeme todo lo que firmaste cuando lo reservaste y veo todo".
Me llega el sobre. Adentro estaba la reserva, la factura, la constancia de la transferencia bancaria por el pago, el remito de la entrega del auto, la factura de la gestoría por el patentamiento, el flete, la copia de la patente....
Es una joda, pensé.
Lo llamo. -"Escuchame R.Garpaste!!! Te lo llevaste!! lo patentaste!! Olvidate. Forget it. C´est fini!". 
-"No ves que vos siempre le das la razón al otro. Yo hablé con el contador y me dijo que hiciera esto y que después vos hicieras el reclamo. Y que si no lo hacés vos, el contador mismo me lo hace."
-"Ningún problema. Llevale todo"-
-"Bárbaro. Quedamos así. Eso sí, este mes, el abono es 20% menos porque tu laburo lo hizo otro"-



City tour



Necesito años de terapia para corregir algunas conductas que me son dañinas. No sé si son los ciclos lunares, la alineación de los planetas o qué energía cósmica lo provoca, pero de la teoría al hecho, tengo más que un trecho.
Si yo sé que no tengo que responder consultas por whatsapp o por teléfono, por qué será que lo olvido y contesto igual.?
Por qué no puedo imitar a mi médico JB que en su estado tiene "no respondo consultas médicas por teléfono" o a mi amiga la Dra.SS que tiene "clientes, de 15 a 18 hs." o al Dr.J, que reza "consulta arancelada y presencial. No insista."
CM es no sé quien. Un día me llamó por teléfono para hacerme una consulta, "simple, sencillita". El tema era un culebrón. Una bebé de días, nacida de una relación ocasional, doscientos quilombos con la madre, problemas para reconocerla. 
Le pregunté como había llegado a mí y que prefería que viniera y lo charlábamos. Ni le hablé de cobrarle. Imposible, me contestó. Soy médico. Me la paso en urgencias, guardias, tengo horarios estrambóticos. 
Está bien. Charlé casi una hora por teléfono, aclaramos el panorama, no supo explicarme quién le había dado mi teléfono y cortamos.-
Pasaron unos meses, me empezó a buscar otra vez. 
Misma historia. La nena ya tenía unos meses, a los problemas se le habían agregado algunos aditivos, como más gastos, el papel de la abuela materna de la bebé, las visitas, que la madre no se la dejaba llevar de la casa, que la alimentaba a libre demanda (estás frito, pensé. Si ella no estaba decidida a alimentarla así, encontró el mejor modo de tenerte de rehen hasta que deje de amamantarla). 
Oootra vez le era imposible venir a verme. Y oootra vez la energía cósmica conspiró contra mi bolsillo y lo atendí por teléfono.
Como la tercera es la vencida, con la nena de casi un año, los quilombos crecen al mismo ritmo. Pero esta vez no hubo planetas que me obligaran y exigí que se hiciera un tiempo y viniera en persona, pagara la consulta y se dejara de joder.
Ayer vino. 
Yo me esperaba un cirujano atildado, de manos impecables. Me encontré un tipo cincuentón largo, en short, ojotas, musculosa y vincha ( sí, vincha!!). Se me apareció con la novia de treinta y uno y en calzas. Todo a las 4 de la tarde, mientras a vos los papeles te tapan y pensas que tu día necesitaría 30 horas para terminar todo lo que tenés pendiente arriba del escritorio, el cirujano y la novia vienen a tu oficina trotando.-
Arrancó diciendo: -"Por favor, podrías explicarle a ella que la mamá de mi nena puede hacer todo lo que hace y que yo no la provoco y que ella no tiene que amenazarme con dejarme?. Que, yo voy a tener que pasarle plata y que si no nos podemos ir de vacaciones a Miami no es mi culpa?. Vos y yo ya nos conocemos, explicale que vos sos mi abogada y que me venís asesorando.".
-"A ver, a ver. Primero. Visitar al abogado, NO es una cita. Sabelo. Lo que tengas que explicarle a ella, que es una nena y que no entiendo como m.... se puede enganchar con un veterano en ojotas lleno de despelotes como vos, explicáselo a ella afuera de mi oficina. Si vamos a hablar de los alimentos y el régimen de visitas de tu niña, dale. Ella sale, y vos y yo seguimos. La consulta es tanto.".
-"Bueno, bueno. No lo tomes a mal. El abogado es un todo, viste"-
-"No, no ví. Solo te digo esto. Viniste para una consulta. Respetemos eso.".
Entonces intervino ella, algo tensa y dijo: -"Tenés razón. C, yo te espero afuera"- 
Menos mal, que alguno de los dos, todavía piensa.-



viernes, 2 de diciembre de 2016

Rompiendo mitos



"A cada mediquito con su librito" dice el refrán.
Cada uno tiene su método. Los hay trillados, de libro, absurdos y los hay ocurrentes. Por el modo en el que trabajo, tengo la suerte ( o la desgracia) de hablar a diario con un montón de abogados. En general, la gente es macanuda. Es casi siempre un ida y vuelta, aún cuando no te pongas de acuerdo. A veces, incluso, es más difícil la comunicación con mi propio cliente que con el abogado del contrario. 
Trato de aprender de los métodos de otros. No es raro que otro haga algo que en el futuro pueda serme de utilidad. Como en botica, siempre tenés el típico tarado que hace cosas que no se explican de ningún modo. 
Por ejemplo: 
-"Buenas tardes. Podría hablar con el Dr.fulano?. Soy la Dr.S. por Lopez con Perez"
-"Por qué tema es?"
-"Por López con Perez"
-"Sí pero qué necesita decirle al Dr.fulano?"
Normalmente una contestaría: "si quisiera decírtelo a vos, no estaría pidiéndote que me pases con el Dr.fulano. Si pido por el dueño del circo, es porque no me viene bien hablar con el mono".
-"Necesito hablar por López con Perez."
-"Sí, pero el Dr.fulano no atiende por teléfono, a menos que me diga a mí qué es lo que Usted le quiere decir, yo se lo digo a él, y él ve si la atiende".
-"Ok. No te preocupes. Si quisiera tanto laberinto, en lugar de llamar el Dr.fulano, estaría llamando a la casa rosada para hablar con el presidente"- Y que se haga patear por un burro. 
U otro ejemplo:
-"Buenas tardes, podría hablar con el Dr.perengano?. Soy la Dra.S. por García con Gomez"-
-"No. Lamentablemente, para que el Dr.la atienda, primero tiene que pedirle cita telefónica por mail".
Pero gracias a Dios, también tenés ejemplos como:
-"Hola podría hablar con el Dr.M., soy la Dra.S por ..."
-"Sí, Dra.soy yo. El Dr.M. Como estás? Me llamás por Fernandez c/Gonzalez."
-"Hola. Te llamo para ver si podemos conciliar. Tengo una oferta de xxx pesos.
-"Ah, me parece que vamos a andar más o menos bien. Fijate si me la levantas un poco y lo cerramos. Hoy es viernes, así que yo hasta el lunes, a mi cliente ni lo llamo porque lo peor que le puede pasar a un abogado es darle a su cliente todo un fin de semana para pensar y hablar con los hijos, los vecinos, los amantes. Se pudre toda la estrategia. Modos de sobrevivir, viste?.El lunes lo llamo y te llamo.  Buen fin de semana".
-"Dale, buen fin de semana vos también-"
Y así como así, anoté un método curioso, cuanto menos, pero no dañino para sobrevivir.-



Imaginario popular



Uno puede ser abogado de mil formas distintas. Podés ser abogado, no ejercer y ser docente full time, podés ser abogado interno de una empresa, podés trabajar para el Estado, podés ser abogado y trabajar de cosmetóloga o podés ser como yo. Trabajás de abogada a destajo, agarrás divorcios, quiebras, sucesiones, adopciones. Sos confesora, psicóloga, consejera. Lo que venga.
No por eso estás todo el tiempo contándole a la gente que te rompés el alma para conseguir un cliente, que estás de romance con gente que en ninguna otra circunstancia te bancarías y que llega el día 10 del mes y ya se te empieza a enrular el pelo porque tus cuentas siguen venciendo y tu facturación no crece.
Se ve que los jueces tienen la misma percepción que la mayoría de la gente. Qué problema tienen los abogados. Hacen lo que quieren, manejan sus horarios, cobran según la cara y demás imaginario popular.
Uno de mis clientes, una empresa infractora casi por diversión, ha poblado tribunales de juicios que no paga.
A mí, su humilde servidora, tampoco le paga. No fuera a ser cosa que yo me mal acostumbre
Mi único modo de persuadirla es mostrarle la regulación de honorarios en cada juicio. Normalmente, la regulación es baja así que, defendiendo el pan mío de cada día, apelo a ver si consigo una lastimosa mejora.
Hace poquito, la Cámara del fuero me resolvió, palabras más palabras menos: "está claro que la Dra.XXX está adecuadamente remunerada, atento el cúmulo de expedientes que XXX S.A. tiene en trámite en el fuero, por lo que consideramos que su regulación de honorarios es ajustada a derecho."  Y le faltó decirme: Vaya a llorar a la Iglesia.
Qué les importa a los jueces, si vos te quedás sin dormir laburando, si para tener todos esos juicios y conservar al cliente, casi le vendés el alma al diablo y le sacás horas a tu vida.
Y así como así, me rompió el hechizo y me convirtió en calabaza.
Moraleja: búsquese un mejor cliente.





Odiando los lugares comunes




Desde chica me desveló el hecho de salirme de los lugares comunes, pero hay algunos de los que nunca me pude escapar. Si volviera a vivir mil vidas, las viviría todas iguales. Y sería abogada todas las veces. Como seguro ya dije en alguna ocasión, me va bien en lo que hago, me gusta, soy aceptablemente buena, me divierto lo suficiente y de tanto en tanto, me pago un salmón con lo que gano.
Tengo la vanidad de intentar diferenciarme de otros desde un buen lugar. La chicana barata no me gusta y el intelecto bajo me gusta menos.
La Dra.Mac algo es lo opuesto a mí. Por empezar, es más culona que yo. Y eso ya es mucho decir. Lo cierto es que la tipa consiguió que me replanteara seriamente en convertirme en aquello que no soy.
Su cliente es el típico inútil nacido en la familia correcta con la cuenta bancaria correcta. Creció al cobijo del confort que te da saber que llegar a fin de mes, tomarte un avión al lugar que se te ocurra y vivir con los lujos más extravagantes, pueden venir a vos con sólo chasquear los dedos.
Se casó, tuvo tres hijos divinos, viajó, vivió y un día se cansó. Que se hubiera cansado cuando su bebita más chiquita tuviera dos meses de nacida no es un detalle para dejar pasar.
La verdad sea dicha, el vinculo entre un papá y una bebé de meses es difícil de construir, para la mamá es difícil desprenderse de la nena, el padre es un impresentable y ponele los demás condimentos que quieras.
Después de discutir y argumentar y cansarme con la Dra.Mac algo, pudimos convenir que el padre visitara a la bebé sin llevársela de la casa, en el horario que quisiera, las horas que quisiera.
Por mi parte, mi mejor aporte fue calmar a la madre, que a esta altura del partido, hormonada, gorda, tetona y post parida, no lo quiere a su ex ni en foto por el barrio.
No voy a venir acá a venderme como la abogada que escucha tooodo lo que sus clientes le dicen, que contesta tooodos los whatsapp que sus clientes le mandan ni que recuerda tooodo lo que sus clientes le cuentan.
Ella empezó, cada semana a insistirme en que en su casa había robo hormiga. Un día faltó un reloj, otro día un anillo, otro día plata.
Le digo: -"T, estás sin dormir, la bebé llora 23 horas por día, tenés las hormonas por la estratósfera, los otros dos chicos se portan como el traste. Andá a saber donde pusiste las cosas. No me rompas más con pavadas. Concentrate en lo importante, te lo pido por favor."-
Ayer, tuve que reconocerle que tenía razón cuando tenía sus reparos en que su ex visitara sin restricción y sin control a la bebita en casa.-
La dejó sentadita en el sillón con sus juguetes, fue al cuarto de T, descolgó el super TV de 52 pulgadas de la pared lo descolgó, lo subió a su 4x4 y se fue.
Hacía falta.???
La llamo a la Dra.Mac algo: "Escuchame, el imbécil de tu cliente se afanó un televisor! Me está jodiendo?. Es tarado? qué necesidad? Ella no quiere verlo más. Al final, tenía razón! Es millonario, se compró un departamento dos veces más grande que el de sus hijos, que se compre un televisor dos veces más grande también y se deje de joder de una buena vez. Por ahora que no aparezca más hasta que se calmen las aguas. En una semana vemos cómo seguimos."
Y me contesta, con esa altura intelectual que yo sabía que tenía: "Sí, pero ese televisor lo había comprado él. Por qué se lo va a dejar a ella?".
Ay Dios....