viernes, 25 de enero de 2013

Doctorado en piratería.


No hay nada más refrescante que desenterrar una vieja historia. De esas que ya pasaron,  en la que tenés todos los detalles, el relato es completo y cuando te la cuentan, no hay necesidad de esperar a ver cómo termina.-
“M” es un señor, de esos que conocen todos los vericuetos, versos y recursos para hacer de las suyas. Te puede dar cátedra. Es una fuente inagotable.
No importa cuál sea el tema del que hablás, es tan rico su repertorio, que es muy fácil traer a la charla una historia pasada.
Así fue como me contó ésta, que a su vez, yo les cuento a ustedes y así, no la borrará el viento, decía Isabel Allende.
“M” nunca llegó a divorciarse, porque quien fuera su esposa, creo que lo quería demasiado como para perderlo. Eso no impedía que él, saliera a tomar aire cada vez que su matrimonio se lo permitía.
Así fue como en el comienzo de los años 80, empezó a frecuentar a “A”, una mujer algo más joven y definitivamente ardiente.
Como tenía que cumplir con su amante, había asegurado a su esposa que se había afiliado al partido radical, de modo que todos los miércoles se iba a las 7 de la tarde a la supuesta reunión de comité y volvía bien entrada la madrugada.
-“Como los radicales nunca ganaron nada, a mí ni me preocupaba que la cosa tomara aires de seriedad, ni que yo tuviera que justificar después de tantas noches de comité, alguna candidatura a algo! No sé, ni concejal! Total, siempre iban para atrás!”- empezó a contarme “M”
-“Afiliado al radicalismo???? Vos sos un demente. Toda tu familia fue peronista desde tu bisabuelo!!!! Y tu mujer se lo tragó???-
-“Y, eran otras épocas de Argentina. Se palpitaba la democracia, todos teníamos esa energía por años contenida. Mi esposa, no sé si no supo o no quiso saber, pero la cosa era que el verso funcionó. Por tres años, los miércoles, me aireaba con “A” sin presiones, y sin celular! Vos te imaginás lo que era eso?. La gloria total. Ahora sería impensable. Hasta localizador geográfico tienen!- siguió “M”.
-“Ok. Y cuánto tiempo duró tu romance?-
-“Y… duró hasta que Alfonsín me terminó arruinando mi alocada vida sexual… Quien iba a pensar que en las elecciones del 83 iba a sacar el 52% de los votos y a convertirse en el primer presidente de la nueva democracia Argentina????.- se lamentó.
-“Y entonces?-
-“Y entonces, mi esposa tenía dos caminos. O me echaba a patadas de mi casa porque después de tantas horas de comité no había agarrado ni un puestito en una oficinita de morondanga de la administración pública, por lo que era clavado que en mi put…vida había pisado el afamado comité radical, o le quedaba otro camino, que fue el que finalmente agarró. Me colgó el cartel de fracasado perdedor total y absoluto!!! “Tantas horas hablando pavadas y ni un currito pegaste????? – recuerdo que me preguntó – No ves, no servís para nada!!!-
-“En qué quedó entonces tu amorío con “A”?- estaba yo intrigada.
-“La tuve que dejar! Ya no podía seguir con el verso del comité, y afiliarme al partido peronista no daba…!”-

jueves, 3 de enero de 2013

Mi termómetro siempre mide mal.




Es sabida mi falta de habilidad para “catar” personajes. Como los buenos vinos, yo debería ver para donde perfilan con sólo sacudir la copa. Es que ya llevo años haciendo esto de ser abogada, y entonces no me disculpo a mí misma esta falencia que no puedo superar.
De ella derivan situaciones a veces graciosas, pero otras tantas, ingratas.
Acá, va una de las últimas.-
Una buena tarde, de hace unos dos meses, suena mi celular con un número que no conocía.
Atiendo y estaba del otro lado, un amigo de una amiga mía. Me costó entender quién era el que me llamaba, pero después de algunos detalles, entendí que era un chico al que en los cumpleaños en casa de mi amiga V había visto en dos o tres ocasiones.
Me cuenta que estaba pensando en renunciar a su trabajo, pero que se le había ocurrido que quizás, con algún artilugio legal, podía provocar un despido y así hacerse de unos pesitos no previstos.
Claro, es posible, le dije.
Esa afirmación fue suficiente para que en las dos semanas que siguieron, me llamara unas 50 veces, me pidiera 100 consejos legales y me hiciera unas 15 consultas por mail. Todo lo respondí. Lo guié por los vericuetos de la ley de contrato de trabajo, le marqué algún curso de acción, le indiqué alguna pauta de comportamiento en su trabajo y todo lo hice a la mañana temprano, al mediodía o incluso, a medianoche cuando su ansiedad no podía mantenerse a raya.
Pero así soy yo. Te atiendo, te escucho, te ayudo, te doy mi humilde sapiencia legal y siempre te haré llegar mi conocimiento de modo sincero.
Un día, dejó de llamar y de escribir. Mala señal. Es el síndrome de los que se ganan la lotería.
Como no soy de cargosear, dejé pasar unas semanas y al ver a mi amiga V, le pregunté si sabía qué había sido del reclamo de su amigo G.
-“Ahh, el tipo hizo un negocio animal!!! Lo echaron, cobró toda la guita y ya tiene otro laburo”-
-“Mirá que bien. Se ganó la lotería!. Por qué no le decís que me llame?”-
Dos días más tarde, suena mi celular.
-“Hola nena, como estás?. Te pido disculpas que te colgué. La verdad te re agradezco lo que hiciste. Sin vos no hubiera visto un mango. Me salió redondo.”-
-“Mirá qué bien!, y decíme, cómo arreglamos mis honorarios?”-
-“Qué honorarios?. Vos estás en pedo! Yo no te pienso garpar. Máximo, si querés, te pago un almuerzo. Pero pagarte?. Noooo, vos me hiciste una gauchada. A los amigos no se les cobra”-
-“Qué gauchada, qué amigo??. Yo ni te conozco. Te ví en los cumpleaños de V y un buen día ella te dio mi teléfono y me empezaste a taladrar el oído con tus problemas laborales. De eso trabajo yo, de hacer que gente como vos, que pensaba renunciar, se haga echar y cobre plata. O acaso, sin mis directivas, lo hubieras conseguido???”-
-“Vos tenés razón, me diste una mano grande. Pero te repito, a los amigos se les hacen favores. Mi papá es médico y un montón de consultas no las cobra”-
-“Y yo qué tengo que ver con tu papá, la medicina, los resfríos que diagnostica por teléfono???. Los resfriados no hacen guita con el resfrío!!!!!”-
Y me cortó.
Aprendí algo?. No sé. Espero que sí.