lunes, 12 de diciembre de 2016

Placeres del anonimato



Amo los anteojos oscuros pero nunca soñé con tener que ponérmelos para que no me reconozcan por la calle.
Admito que en unas pocas ocasiones tengo mis raptos de vanidad pero no me asaltan muy seguido, así que puedo decir que ando tranquila por la vida, disfrutando del paisaje, con los ojos abiertos y los oídos atentos.
Cada vez que cuento una historia tengo especial cuidado en preservar los nombres o los lugares de modo que nadie pueda atar muchos cabos y llegar a los protagonistas de carne y hueso, más allá de la vida virtual.
Claro está, salvo las hermanas macana, pero eso acá no cuenta.-
Pero sí es cierto que mis historias son reales, me pasan a mí, mis clientes son de verdad y cuando las cuento, no busco que nadie en particular se reconozca. Aunque siempre tengo ese maldito escozor que me hace sentir que parte de mi alma está un poco negra por contar historias privadas.-
Tampoco es que me da mucho terror, porque de hecho es que sigo haciéndolo y mi alma no ha de estar tan teñida entonces.
Como el ser humano es muy particular, muchos clientes se saben protagonistas de mis historias y aman descubrirse en ellas, otros imagino que ignoran la existencia de este blogg y con otros tantos ni siquiera toqué alguna vez el tema. Pero, como tengo esos pequeños raptos de humanidad, en alguna conversación se cuela un poco, y doy por sentado, que conocen mi lado literario.-
La semana pasada estaba por whatssapp con SP, que alguna vez fue protagonista de una historia. Despotricando contra todo, escribí:
-"Igual, yo hago catarsis en el blogg"-
-"?"-
-"Nada, nada"-
-"blogg?"-
-"... sí. Tengo un blog, nunca lo leíste???"- casi poniéndome colorada y al mismo tiempo con la vanidad a flor de piel: como se atreve a no saber de su existencia???
-"....."-
-"Ok, yo tengo mi club de fans igual"- Porque lo tengo, de verdad.
Pensé si realmente quería que los que no saben que son protagonistas involuntarios de las historias que una abogada perdida de la Ciudad de Buenos Aires anda derramando por el mundo virtual, supieran que otros alguienes los leen y conocen algunas partecitas chiquitas de sus vidas.
Y la verdad que no. Prefiero la impunidad del anonimato!!!!

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