viernes, 2 de diciembre de 2016

Odiando los lugares comunes




Desde chica me desveló el hecho de salirme de los lugares comunes, pero hay algunos de los que nunca me pude escapar. Si volviera a vivir mil vidas, las viviría todas iguales. Y sería abogada todas las veces. Como seguro ya dije en alguna ocasión, me va bien en lo que hago, me gusta, soy aceptablemente buena, me divierto lo suficiente y de tanto en tanto, me pago un salmón con lo que gano.
Tengo la vanidad de intentar diferenciarme de otros desde un buen lugar. La chicana barata no me gusta y el intelecto bajo me gusta menos.
La Dra.Mac algo es lo opuesto a mí. Por empezar, es más culona que yo. Y eso ya es mucho decir. Lo cierto es que la tipa consiguió que me replanteara seriamente en convertirme en aquello que no soy.
Su cliente es el típico inútil nacido en la familia correcta con la cuenta bancaria correcta. Creció al cobijo del confort que te da saber que llegar a fin de mes, tomarte un avión al lugar que se te ocurra y vivir con los lujos más extravagantes, pueden venir a vos con sólo chasquear los dedos.
Se casó, tuvo tres hijos divinos, viajó, vivió y un día se cansó. Que se hubiera cansado cuando su bebita más chiquita tuviera dos meses de nacida no es un detalle para dejar pasar.
La verdad sea dicha, el vinculo entre un papá y una bebé de meses es difícil de construir, para la mamá es difícil desprenderse de la nena, el padre es un impresentable y ponele los demás condimentos que quieras.
Después de discutir y argumentar y cansarme con la Dra.Mac algo, pudimos convenir que el padre visitara a la bebé sin llevársela de la casa, en el horario que quisiera, las horas que quisiera.
Por mi parte, mi mejor aporte fue calmar a la madre, que a esta altura del partido, hormonada, gorda, tetona y post parida, no lo quiere a su ex ni en foto por el barrio.
No voy a venir acá a venderme como la abogada que escucha tooodo lo que sus clientes le dicen, que contesta tooodos los whatsapp que sus clientes le mandan ni que recuerda tooodo lo que sus clientes le cuentan.
Ella empezó, cada semana a insistirme en que en su casa había robo hormiga. Un día faltó un reloj, otro día un anillo, otro día plata.
Le digo: -"T, estás sin dormir, la bebé llora 23 horas por día, tenés las hormonas por la estratósfera, los otros dos chicos se portan como el traste. Andá a saber donde pusiste las cosas. No me rompas más con pavadas. Concentrate en lo importante, te lo pido por favor."-
Ayer, tuve que reconocerle que tenía razón cuando tenía sus reparos en que su ex visitara sin restricción y sin control a la bebita en casa.-
La dejó sentadita en el sillón con sus juguetes, fue al cuarto de T, descolgó el super TV de 52 pulgadas de la pared lo descolgó, lo subió a su 4x4 y se fue.
Hacía falta.???
La llamo a la Dra.Mac algo: "Escuchame, el imbécil de tu cliente se afanó un televisor! Me está jodiendo?. Es tarado? qué necesidad? Ella no quiere verlo más. Al final, tenía razón! Es millonario, se compró un departamento dos veces más grande que el de sus hijos, que se compre un televisor dos veces más grande también y se deje de joder de una buena vez. Por ahora que no aparezca más hasta que se calmen las aguas. En una semana vemos cómo seguimos."
Y me contesta, con esa altura intelectual que yo sabía que tenía: "Sí, pero ese televisor lo había comprado él. Por qué se lo va a dejar a ella?".
Ay Dios....


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