El infrascripto, Eusebio Rodriguez, Alcalde, certifico que Don
Manuel Chico que muerto lo tengo de cuerpo presente, tapao con un poncho, al
parecer reyuno le sorprendió la muerte al salir del baile de Don Rufino “El
Catalan”, de la quebrada de Doña Pepa, lugar muy conocido y de pública voz y
fama en el pago. Interrogao el cadáver por tercera vez y no habiendo el
infrascripto obtenido respuesta categórica alguna, resuelve darle sepultura en
el campo de los desaparecidos conforme cuadra su circunstancia física de que
certifico. Nota: Hago constar de que el finado era muy amante de la
bebida y muy dado a las galanterias amorosas, por cuya circunstancia tenía una
cicatriz en la quijada izquierda producido por un cucharón de grasa caliente
que le arrojó al rostro de la cara la hija de la parda Nicolasa , no
se sabe por qué safaduría. Vale.-
Hallada en el archivo de un
Municipio de la Pcia.de Buenos
Aires.-
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