Aún en contra de la opinión de
muchos de mis colegas, yo sostengo y sostendré hasta el final de los tiempos,
que la profesión de abogado está desprestigiada.-
No discuto que los mismos
abogados la hayan desprestigiado y que como consecuencia del desprestigio,
terminen pagando justos por pecadores.
Sin embargo, y aún cuando como en
botica, haya de todo en el mercado, estoy segura de que son más los abogados
virtuosos que los que ensucian la profesión.-
Otro capítulo son los clientes.
También como en el mundo, los hay de todas las calañas. Vivos, piolas, pícaros
y no tanto. Y como no, también los hay rectos y considerados.-
El problema que yo tengo es que
mi radar no funciona correctamente y aún hoy, después de tantos años, no
consigo catalogar con certeza de qué raza es el cliente que tengo adelante.-
La Señora “L” me vino a ver
cuando su juicio ya estaba en terapia intensiva y su anterior abogado ya no le
atendía el teléfono.-
Le expliqué que no había mucho
que pudiera hacerse, salvo una última actuación y luego, esperar la sentencia
del juez. Le dejé aclarado que la estrategia judicial ya estaba delineada y que
nada podía yo agregar a la suerte de su reclamo. Le hice un presupuesto acotado
a esa actuación final y ella pagó sin quejarse.
El juicio lo perdió, pero no
obstante, el juez le dejó abierta una pequeña ventana para hacerse de unos
pesos, en otro juicio que debía iniciar siguiendo determinadas directivas.
Pregunta va, pregunta viene,
entendió la Señora “L” cómo era el camino que había que emprender para llegar a
buen puerto.
Lo que se le dificultó entender
era que tenía que pagarme por caminar esta nueva ruta. Estaba claro que yo le
cobraba una vez que conseguía que le pagaran.
Grande fue mi sorpresa cuando
ella dijo: -Te tengo que pagar?. No estaba todo incluído con lo que te pagué la
vez que te llevé el juicio que perdiste?-
-Mire, Señora “L”, primero el
juicio ese de m…. no lo perdí yo, sino el inútil de su abogado anterior.
Segundo, NO, no estaba incluído en el pago anterior y tercero, la esclavitud está abolida en el mundo.-
-Ah, bueno, pero al final, me vas
a cobrar una fortuna por tres o cuatro carillas que escribís. Si por lo menos,
escribieras algo más frondoso.. Para hacer eso…...-
-Muy bien, que lo haga el inútil
de su abogado anterior, que con cincuenta carillas, consiguió que la sentencia
fuera una goleada. En contra. O mejor,
hágalo Usted misma! –
Y acá es en donde yo termino
proclamando, que la profesión, está desprestigiada!!!!!
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