miércoles, 24 de febrero de 2016

Solidaridad de género...? Mmmm....


No hay peor cosa que tener que negociar con una abogada. 
Son enroscadas, vengativas, retorcidas, poco prácticas, muy maquilladas, mucho taco, muy cincuentonas la mayoría. Cuando te las encontras y tienen papeles, más papeles, millones de papeles... ya está. El esteriotipo es completo.
Es una regla de tres simple: a más papel, más quilombo.
Así llegó la carpeta de la Dra.DS.
Siempre que empezás a negociar, empezás con un número. Lo vas subiendo. Dejás pastorear unos días. Volvés a la carga.
Con ella, todas estas reglas... no tienen sentido. La llamás y le pasás el primer número como para que te diga que tu oferta es la peor que escuhó, pero se la pasás para que empiece a pensar. No te da tiempo. A los diez minutos te está llamando otra vez.
-"Escuchame, tu oferta no me cierra."-
-"Sí. Ya me lo dijiste hace diez minutos. En cuanto tenga algo mejor, te llamo y te lo paso."-
-"No. Pero lo que vos le tenés que explicar a tu cliente, es que el trabajador tiene un dedo roto y dos costillas que le duelen. Y que las instalaciones de tu cliente son inseguras y que bla, bla, bla. Su salario era XXX y si calculás de determinado modo, te tiene que dar el triple de lo que me ofreciste. Explicale a tu cliente" -te repite como si vos en vez de abogada fueras cosmetóloga .
-"Yo ya sé perfectamente como hacer el cálculo. Lo hago distinto de como lo hacés vos. Si te voy a pagar todo lo que vos querés, te lo pago al final del juicio, dentro de unos cuatro años más o menos. Lo que yo intento ahora es negociar."-
Durante los siguientes cinco días, recibí un promedio de tres llamados por día de la Dra.DS para saber si le había explicado a mi cliente, cómo hacer las cuentas y cómo llegar a la astronómica cifra que ella quiere.
En mi oficina, más masculina que femenina, esto de negociar con mujeres, es algo así como: -"Dame la carpeta, dijo él. En dos llamados te lo termino"- 
Ok. Con qué placer la pasé de escritorio.-
Dos días más tarde, llego y encuentro la carpeta arriba de mi silla.
-"Eyyy, eyyy, eyyy! la carpeta tiene patitas??? qué hace otra vez acá.??"-
-"Nooo por dios!!! esa mujer es infumable. No hubo modo."-
Empecé apenas me crucé con la primera, a anotar en una lista, las abogadas a las que no quería parecerme.
Ella es la número cien. 
Aquì va mi cocarda!!!



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