lunes, 24 de octubre de 2016

Mucha onda y poca cuota.





Mi objetivo profesional es poder lidiar únicamente con aquellos quilombos a los que se les cuele una cuota de humor.
Lamentablemente, la necesidad tiene cara de hereje, y únicamente puedo elegir trabajar en aquellos que pueda facturar.-
La mayoría de las mujeres buscamos incansablemente un gran amor. Algunas lo conseguimos, otras también y muchas otras, lo ven esfumarse antes de llegar a los 40 y con tres hijos.
Así es la historia de T.
Se casó con él, hijo de una familia muy acomodada, pero básicamente un zángano.
Quince años y tres hijos más tarde, el decidió tomar nuevo rumbo con la billetera materna y la cuenta bancaria propia vacía.
Me vino a ver. Dudé en agarrarlo, porque obviamente se riñe con alguno de mis principios. No tiene humor, y tampoco lo puedo facturar como corresponde.
Pero siempre las historias de amor me tocan alguna fibra.  Esta me tocó las fibras, la paciencia, los sábados, los domingos….
Como la ley facilitó el divorcio, llega la demanda con todo propuesto. Nos divorciamos, acordamos las visitas, el colegio, la navidad, los actos del colegio y las idas al supermercado. Claro está, la cuota mensual en efectivo, eso, justamente eso, estabamos muy lejos de acordar.-
Era una miseria.
Como no hay peor diligencia que la que no se hace, llamo al abogado.
-“Buenas tardes, como estás?. Te llamo por M c/E. Viste la propuesta?. Bueno, está todo más o menos bien, pero la cuota es baja. Podemos mejorar?”
-“Ah, no. Imposible. Es eso o que se joda.”- Sutil, pensé.
-“Bueno mirá. Sabés qué pasa?. El se fue a la m…., la dejó con el depto de P.Madero, las dos mucamas, una bebita de 6 meses. Sumale, que siempre vivieron muy bien y T no es precisamente una mina de bajo mantenimiento.”-
-“Lo lamento. Hay eso o eso. Si no le alcanza, que vea como lo hace alcanzar.”-
Diálogo terminado, llega la audiencia.-
Entra la Juez.
-“Buenos días, pudieron hablar algo?”-
-“No.- Se ataja la abogada de M
-“Para para para. Yo llamé a tu Estudio y hablé con el Dr.X.”-
-“Ah, sí. Es mi socio. Me dijo que hablaron.”-
-“Ok. Entonces hablamos. Fue tajante en que no había posibilidad de subir la oferta de cuota alimentaria, de modo que no llamé más.-“
-“ Ah, bueno, por qué mejor no le ponés un poco de onda?. Si defendes así a tu cliente, no vas a andar muy bien que digamos”-
Como yo onda no tengo, y él, plata tampoco, seguimos trabajando. El se da la buena vida y yo no lo facturo.


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