lunes, 24 de octubre de 2016

Sacudiéndome clientes.







No hay peor cosa para el abogado que ver a su cliente aquerenciarse. Fuiste. No lo podés dejar. No importa qué tan antieconómico sea. Y lo que es peor, él te quiere tanto que te recomienda clientes igual de clavos que él.
Debería hablar en la sesión de terapia sobre mi imposibilidad para mantener distancia. Pero la verdad es que tengo tantos issues internos que resolver, que llevo dos meses de análisis y todavía no empecé. Mal podría empantanarme en este barro y encima, pagar.
De manera que no tengo más curso de acción que seguir como hasta ahora.
M es una divina total. Pero me deja cero guita.
Me manda a su amiga J. Ya al primer llamado, era un llanto acongojado. Ni un peso y más rollos que una cortina (diría Martita la amiga de M.).
No nos vamos a engañar, a los abogados nos movilizan una historia tocante o el olor del dinero. Acá no tengo ninguna de las dos, de modo que me muevo como una ameba. En mi defensa, me muevo lento pero gratis.
Como nunca nadie nos prometió una vida justa, la profesión no iba a ser menos.
Hace unos días me llama una abogada.
-"Buenas tardes. Soy la Dra.A. Te llamo porque una cliente tuya, J, heredó una casa. Bastante grande, linda. La verdad que mucha suerte tuvo esta piba. Yo soy su abogada en la sucesión en la que su tía le dejó esta casa."-
-"Aha. Mirá que suerte che."-
-"Sí. Necesitaría que me gestionaras copia de su partida de nacimiento, de la de casamiento de los padres, copia de la declaratoria. Así la presento en esta sucesión y la flaca se hace de la casita."-
-"Ah, bárbaro. Decíle que me llame, así le paso la cuenta de mis honorarios hasta ahora-"-
-"Bueno, bueno. Le digo."-
Pasa una semana y me llama M, la que me la recomendó.
-"Hola reina, como andas?. Yo mas o menos. La verdad es que me llamó mi amiga J y me dijo que vos te comportaste mal."-
-"Y, sí. Soy una rebelde natural. Decile que me llame ella y deje de mandar emisarios"- 
Total, a esta altura.....
Me llama J.
-"Che, qué mal vos eh?. Si a mí me dijiste que no me ibas a cobrar nada. Ahora resulta que sos como todos los abogados. Unos codiciosos."-
Como ella no se me aquerenció, le dí salida sin culpa. Total, mi tarjeta seguía sin pagarse. Qué le hacen un par de días más de intereses.




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