miércoles, 26 de octubre de 2016

En mi otra vida fui cadete.



El mundo que nos rodea, tiene una buena cuota de hostilidad, de modo que si puedo evitarla......
Trato, con mis limitaciones por supuesto, de llevarme bien con los que tengo en la vereda contraria. Muchas veces es difícil, pero tengo que reconocer que hay tantas otras en que es fácil.
El Dr.E resultó un tipo sensato, pero de los de verdad, no de mentirita.
Demanda por un accidente de trabajo y la incapacidad que según él, le había quedado a su cliente, era exactamente la misma que sostenía la Compañía de seguros. Alcoyana-Alcoyana.
En un trámite casi express, lo arreglamos, lo firmamos y lo pagamos.
Pasan un par de semanas y me escribe un mail. Me cuenta que contra esta misma compañía tenía otro juicio pero que no había podido nunca dar con el abogado. Que, al final, había sido tan fácil conciliar conmigo que pensaba si no era posible que yo "aspirara" ese otro juicio por accidente a ver si llegábamos a buen final.
Le expliqué que no era posible, pero que sí podía preguntar quién era el abogado que lo llevaba y pasarle los datos.
Efectivamente, pregunté a la Compañía y me pasaron el nombre del abogado, el teléfono de línea, el celular, el mail, el grupo sanguíneo....
 Le paso todo, le deseo suerte, me ofrecí ayudarlo si estaba a mi alcance y me fui a casa pensando en "qué soga le tiré a este tipo!!!".
Un par de días más tarde me llega un mail del Dr.E. Corto e imperativo: "Estimada, mil gracias. Comunicate con el colega, pasale mis datos y decile que me llame hoy después de las 17 hs. Saludos."
Faltó que me diera la dirección para que le distribuyera algún paquete.


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