viernes, 8 de junio de 2012

La maldición del Valet Parking. Parte 2

El Sr.H era afecto a buscar una actividad recreativa al final de la semana.-
Con la mala experiencia del casino, había virado hacia la gastronomía. En esta no había riesgos. Salvo el de intoxicarse, claro. Pero comiendo en buenos lugares, esa posibilidad era casi remota.-
Pero con los buenos lugares, llegaron, otra vez a su vida, los chicos del valet parking.
Así fue que un viernes a la noche, decide invitar a su esposa a un restaurante divino de Belgrano, en el que, con suerte, aplicaría alguna promoción de la tarjeta de crédito y encontraría algún vinito decente.
Llegaron, y otra vez, de cansado nomás, le entregó la llave de su flamante auto al valet parking.
Cenaron, charlaron, chuparon unos tubitos y cuando estaban por pedir la cuenta, escuchan gritos en la mesa de al lado. Acercaron las orejas y escucharon al maitre explicarle al cliente, que, sin querer, por supuesto, al valet parking se le había soltado el auto del señor por la barranca del estacionamiento y había terminado contra el final de la rampa.
El Sr.H y su esposa estaban entre acongojados por la desgracia ajena y alegres por los tubitos, de modo que los sentimientos eran encontrados.-
En eso estaban, cuando entre las sombras, vieron acercarse al maitre a la mesa de ellos. Y ahí sí, el vinito, las risas, todo, se congeló.
Sin preámbulos, el maitre les dijo: -“No sé si habrán escuchado lo que sucedió con el auto del señor de la mesa de al lado…..-“
-“Algo”- dijo el Sr.H.
-“Bueno, prosiguió el maitre, resulta que en la caída por la barranca, el auto del señor terminó estrellado al final de la rampa.-
-“Pobre gente”- se lamentó el Sr.H. –“y por qué nos cuenta esto a nosotros? Qué tenemos que ver nosotros con el auto del vecino???”- A esa altura, de perseguido nomás, el Sr.H pensaba que el maitre conocía su desgracia pasada.
-“Bueno….. es que al final de la rampa, estaba estacionado el suyo!!!!”-

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