jueves, 16 de noviembre de 2017

Abogada, psicóloga, quitapenas....



Hace unos días una amiga me definió como: "vos tenés cara de escuchar rollos". 
Como será tener esa cara?.
Como fuere, soy bastante propensa a que la gente se sienta invitada a vomitarme sus pesares.
Hace unos días, en una reunión de trabajo a la que normalmente asiste gente reconocida en el ámbito académico, universitario y empresarial, me senté justo al lado de S.
Es un tipo atildado, muy serio, cincuentón, consultado por los diarios de forma habitual ... bastante conocido incluso para el común de la gente. 
Yo no tenía muy en claro si S me registraba. Esas reuniones son multitudinarias, hay mucha gente más importante que yo, por decirlo de algún modo, y la verdad es que no había intercambiado con él, más que comentarios superficiales del tipo: "estuviste activo en twitter esta semana" o "te escuché en la radio hablando con tal". Eso, hasta la última reunión.-
Yo ya había llegado y estaba leyendo el diario en el teléfono mientras esperábamos que todos llegaran. El se sentó al lado mío y me preguntó si quería un café. 
-"Dale. Gracias."-
-"Ya te traigo. Yo me traigo uno también y aprovecho para corregir una tesis"-
-"Qué barbaro que a los alumnos se las corrijas vos. Es un desafío para el estudiante seguramente-"
-"No. Es la tesis de mi novia"-
Aha. No sabía cómo seguir. Flor de situación, pensé.
-"Qué valiente dártela para que la revises. Debés tener la vara alta, pero qué bueno que ella se pueda desprender de cualquier idea que la incomode y someter su trabajo a tu juicio. Y vos, estupendo que puedas revisarla sin hacer primar tu relación con ella-".
-"Bueno. No es tan así. La verdad es que es un quilombo. Yo soy divorciado tres veces. Tengo cinco hijos entre los tres matrimonios. Con todas las ex tengo despelote. Los pibes no hay forma de que la traguen a esta porque es más chica que algunos de mis hijos. De hecho, no llega a los 30. Yo le llevo 25 años. Tenemos el quilombo de sus deseos de ser madre. Para mí, la paternidad está cerrada."-
Yo. Muda.
-"Bueno, no sé muy bien qué decirte. Supongo que con tu edad, tu experiencia y lo vivido, podrás manejar la situación"-
-"Y. Trato. Normalmente soy yo el que cedo. Voy, vengo, puteo. Pero al final, cedo."-
-"Quizás cedes porque lo único que querés al final del día, es estar con ella. A como dé lugar-" 
-"Sabés que sí?. Te digo que en mis cincuenta y tantos y con tres matrimonios, nunca sentí por otra mujer lo que siento por ella"-
No pude más que amarlo yo también. Confesó su amor más profundo a mí, que ni lo conozco, que nos limitamos a un lugar de trabajo bastante acartonado.
-"Ojalá puedas pilotearla. Yo tengo una visión bastante romanticona y pelotuda de las relaciones, pero pienso que en este mundo tan hostil y poblado, encontrar un gran amor es un privilegio de unos pocos. No lo sueltes. Es más común encontrar un amigo, un compañero, un amante si querés, pero no un gran amor."-
-"Gracias por la charla. Lo resumiste tal cual."-
No importaba el lugar ni lo acartonado de la situación. En el fondo, todos queremos lo msimo. Amar y que nos amen.-


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