-“Le podemos embargar el auto a
la p… de la novia?”- Así arrancó.
-“La novia de quién?, qué p…..,
qué auto?, por qué motivo????”
-“La novia de “A”, de quién va a
ser?????, y por qué motivo?, cómo por qué motivo?, por los alimentos de mis
hijos!!!!!” –
“S” no tiene otra misión en esta
vida que la de hacer, cada día, un poquito más
miserable, la vida de “A”. Y como no se contenta con eso, abarca todos
los vínculos que a su vez “A” haya ido cultivando desde que se separaron.
Así fue como un día, descubrió a
la novia de “A” en un semáforo, manejando un auto y tomó la patente.
-“Y decime, qué tiene que ver la
novia de tu ex con lo que comen tus hijos????”
-“Nada, pero como ella vive con
él, no tiene obligación con mis hijos????”
-“Y…. no. No tiene.”
-“Estás segura? Porque yo leí en
Internet – y ahí ya me empezó a subir un calor por la garganta…- que si podemos probar que viven juntos y que
él mantiene a los hijos de ella, entonces también ella tiene que mantener a los
míos”- dijo como si acabara de salir de la facultad de derecho de Harvard, y
formulando la nueva ley de transitividad.
-“Bueno, mirá. NO!!!!! No tiene
que mantener a tus hijos, y tampoco sabemos si él mantiene a los de ella. Eso
es una suposición tuya.”
-“Pero yo te explico, mi vecina
tenía un ex y ese ex no pagaba alimentos y entonces el abogado le embargó la
casa a él y esa casa él la había comprado junto con la nueva mujer, y entonces
le remató la casa”.
Ya el embrollo de parentescos, de
ex maridos, amantes, amigos, vecinos, internautas y demás personajes era
descomunal.
Estaba en una de esas
conversaciones en las que, si seguía, iba a terminar enredando la realidad más
de lo que “S” ya de por sí la tenía enredada. Tenía que darle una estocada que
la dejara estática.
Entonces le dije: -“Quizás una
buena manera de conseguir dinero rápido y sin mucho traqueteo, sería que vos
salieras a buscar laburo, de modo que también contribuyeras a la alimentación
de tus hijos y dejaras de pensar en la novia de “B”, el ex de tu vecina, dejaras
tranquilo a “San Google” y también me dejaras tranquila a mí, para que pueda
trabajar y pensar en paz, para ver cómo puedo encontrarle algún bien a “B” para
embargarle.!!!”-
-“Trabajar, yo??? Vos estás
demente!!!! Pensá tranquila, pero apurate porque tengo guita para aguantarme tres
meses!!! Después, empiezo a correr la coneja otra vez. –
Fue así como así, que no supe de
ella hasta tres meses más tarde.
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