Hay abogados que son
especialistas en algún tema puntual. Y también hay de los otros. Como yo. Una amiga siempre decía que si le pedían que hiciera una anulación de matrimonio religioso, ella se ponía a estudiar la Biblia. Siempre me
pareció un buen principio. Yo trabajo de esto.
En el derrotero, puede llegar a
mis manos un asunto que trate sobre cualquier cosa. Y raramente declino
trabajar en algo.
Así, cierto día llegó a mi escritorio un
juicio en el que una persona reclamaba a una clínica una indemnización derivada
de una mala praxis en una operación.
A medida que iba leyendo, mis
ojos no daban crédito a lo que leían.
No puedo resumir el párrafo que más
impresión me causó, de modo que va lo más fiel que se puede: …”fue en esos días,
que en una de las evacuaciones que trato de realizar, expulso el pedazo de
manguera que adjunto a este juicio y que me provocaba un dolor inmenso en el
ano. Para el caso que la clínica no reconozca que la manguera salió de mi ano,
dejo planteada la prueba genética de ADN.”
Si señores!!! La manguera está en
el tribunal y sin lavar!!!!!
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