viernes, 31 de marzo de 2017

Mi escuelita no hace paro



En la historia de la humanidad hay explotadores y explotados, vivos y avivados. Pero también hay aprendices y maestros. Una parte cansadora pero necesaria para trabajar de abogado, es patear tribunales. Tooodos, sin excepción lo hicimos. Cuando yo tenía 18 años, pateaba en zapatillas todas las mañanas y después me iba a la facultad. Durante diez años, todos los días de mi vida transité los juzgados, pasillos, edificios, oficinas de mandamientos y cuanto tugurio estatal de tramiterío tenga esta ciudad. Llegué a ser una experta tramiteril, skill que no sé cuántos abogados pueden poner en su curriculum.
Llegó un momento en que empecé a tener empleados que hicieran esta parte del laburo, y yo me reservé siempre una recorrida esporádica y chica para no perder el contacto con la calle, que es lo que te mantiene "on line".-
Naturalmente, mi oficina funciona como una escuela. Yo pago poco, pero el procurador aprende mucho. El ciclo es repetitivo. Lo tengo unos años, aprende, estudia, me chupa todos los días por exámenes que su imaginación le concede, se recibe, hace experiencia y finalmente me larga. Ahí el ciclo vuelve a empezar. 
-"Cuanto le pagás?"- me preguntó alguien el otro día.
-"X $"-
-"ah, sos una negrera. Y encima te tiene que bancar a vos, que sos imbancable"- 
Como chiste estuvo bien....
-"Estás equivocado. Yo lo banco a él. Tiene una beca. Estudia, aprende, me planta cada vez que tiene que estudiar y en cuanto se recibe, se va a la mierda.".-
El problema está en que no siempre el procurador entiende la realidad en esta misma dirección. 
Efectivamente, el whastapp es mi arma letal. Todo lo que me queda colgado, va a parar a su teléfono. La recorrida tribunalicia se completa con su carpeta y mis whatsapp.
En eso estaba el otro día, cuando la tecnología le jugó una mala pasada.
-"N, mañana no te olvides que sí o sí, tenemos que ver "Fulano c/Mengano"-
-"Esta pelotuda, aunque haya paro siempre encuentra algo con qué romperme las pelotas"- 
Oh, Oh, Oh. Vaya vaya.-
Tenía dos opciones. Llamarlo y mandarlo a buscar su próximo laburo, mientras me ponía las zapatillas para patear tribunales al día siguiente. O, agregarle:
-"N, y tampoco te olvides que sí o sí, tenemos que ver "Lopez c/Lopez"-
Tardó tres horas en contestar. Estimo que estaba agarrándose el traste con las dos manos. Finalmente contestó:
-"Quedate tranquila Jefa, que yo me encargo"-
A buen entendedor, pocas palabras.-
La escuela sigue abierta.-

 




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